Cuando los niños están en clase, los estímulos visuales a los que están sometido son continuos. Según los expertos, hasta un 80% del aprendizaje de niños y niñas hasta los 12 años se realiza de forma visual. Si existen problemas de visión que no son tratados a tiempo y de forma correcta no solo habrá dificultades en el aprendizaje, sino también en otros campos como las relaciones sociales o incluso el desarrollo físico.
A los libros de texto tradicionales se les han unido en los últimos años los dispositivos electrónicos, como ordenadores portátiles o tablets. Los niños deben mirar durante horas pantallas pequeñas para poder seguir las clases y realizar sus tareas. Éstas no son las únicas horas de uso de estos aparatos, ya que también los utilizan fuera del horario lectivo en sus momentos de ocio. Esta sobre-exposición a distintos tipos de soportes retroiluminados durante tantas horas al día resulta estresante para la vista.
Además, si existen problemas de visión, puede que un niño tenga dificultades para relacionarse con otros, ya que no puede ver a sus compañeros de forma correcta y le es difícil interactuar con ellos. Una vista con problemas puede afectar incluso al estado físico, ya que se evitarán aquellos deportes y actividades que requieran movimiento y que exijan cierta capacidad visual.
Destrezas visuales necesarias para el aprendizaje
Una visión adecuada es algo más que pasar un examen de vista con una puntuación perfecta. Ver bien es necesario para entender lo que nos rodea y poder responder a los estímulos que recibimos de forma satisfactoria. Por ello, existen numerosas habilidades visuales que resultan claves para el éxito escolar, y que dependen de una visión correcta:
• Enfoque ocular: habilidad para mantener la visión en objetos cuya distancia cambia, como ocurre cuando se mira a la pizarra, al pupitre y de vuelta a la pizarra.
• Coordinación óculo-manual: destreza para dirigir el movimiento de la mano utilizando estímulos visuales, necesaria para calcular el golpeo de una pelota o para dibujar siguiendo unas directrices escritas.
• Percepción visual: ser capaz de organizar imágenes en letras y palabras que permitan entender lo que se está leyendo.
• Agudeza visual: destreza que permite ver correctamente un objeto lejano (una pizarra), uno en una posición intermedia (la pantalla de un ordenador) y uno cercano (un libro).
• Convergencia ocular: capacidad de dirigir la mirada de ambos ojos a un objeto, útil para seguir las líneas mientras se lee.
• Seguimiento visual: habilidad para centrar la mirada en un objeto y pasar rápidamente a otro, como se hace mientras se lee o se sigue el curso de una pelota.
Signos de problemas de visión en niños
Por lo general, los niños no suelen comunicar que tienen dificultades para ver correctamente. Depende de los adultos el detectar posibles carencias en la visión de los más pequeños. Algunas de las señales que revelan una vista con problemas en niños son:
- Se acerca mucho a los materiales que tiene que leer.
- Mueve la cabeza al enfocar la mirada en objetos a distancia media o lejana.
- Tiene dolores de cabeza tras estar en clase o hacer los deberes.
- Parpadea de forma excesiva al leer o se frota los ojos.
- Se choca con objetos de forma frecuente.
- La lectura le resulta difícil, se pierde fácilmente y utiliza un dedo para poder mantener el hilo de la lectura.
- Le es difícil recordar lo que lee.
Cómo actuar si se sospecha que existen problemas de vista
En cuanto se detecta alguno de los síntomas relacionados con posibles problemas de vista es necesario acudir a un óptico-optometrista para poder hacerle los test necesarios y así descartar o identificar cualquier problema visual. Además, la visión puede cambiar de forma brusca durante el desarrollo de los niños. Por esto, es necesario someterse a exámenes visuales de forma periódica, sobre todo durante el periodo de crecimiento.
En Visión Lorca contamos con todas las herramientas y la experiencia necesarias para detectar todo tipo de problemas de visión, tanto en niños como en adultos. Solo así podremos asegurarnos de que los más pequeños disponen de una visión que les permita desarrollar su máximo potencial.
